El tenista diestro colombiano Santiago Giraldo salvó la primera corrida de la temporada de Copa Davis, ayer, al lidiar con arte, temple y maestría al segundo toro estadounidense de la tarde -Sam Querrey, 21 del mundo y de 91 kilogramos-, al que le cortó dos orejas y rabo, tras la gran faena 6-2, 6-4, 7-5 en el polvo de ladrillo de la plaza de toros de Santamaría.
Giraldo tuvo, en lugar de muleta, una raqueta firme con la que dibujó en el redondel trazos ganadores, con mando, he hizo que su fiero oponente humillara noble.
Querry, un barcino que amenazaba con sus astas en el servicio, resultó llevado por todos los lugares del redondel, en una fiesta en la que sonaron clarines de vuvuzelas y timbales de bombos desde los tendidos. Y cuando más bravo se puso el rival, mejor se puso la corrida, pues el colombiano, a gritos de "¡te-nis-ta, te-nis-ta!", lo dominó con golpes naturales ganadores.
Desde la barrera, su cuadrilla, el resto del equipo colombiano, aplaudía el gran momento de su diestro.
Giraldo encadenó servicio, revés, devolución, paralelas, drops y slices para que los 5.500 asistentes al coso tenístico lo ovacionaran.
El 'Niño de la raqueta' con elegancia acomodó su traje canario y oro (camiseta amarilla) y enfiló su espada para finiquitar una tarde de fiesta con una certera estocada hasta la empuñadura.
Llovieron cojines de espuma como claveles en la vuelta al ruedo, como muestra de agradecimiento en una gran tarde, en la que sin presidencia, Giraldo cortó dos orejas y rabo y salió en hombros de la plaza.
No así sucedió en la primera faena de ayer, cuando el colombiano Alejandro Falla fue doblegado por el estadounidense Mardy Fish (6-4, 1-6, 4-6, 6-4, 4-6). Pese a su esfuerzo de cerca de cuatro horas, fue apuntillado cuando, quizás, debió ser indultado tras el coraje y la vergüenza mostrados en la arena. Hoy, el cartel es de lujo: la corrida de dobles con los colombianos Carlos Salamanca y Falla y los estadounidenses John Isner y, quizás, Mardy Fish por Ryan Harrison.
¡Olé!
ANDRÉS BOTERO B.
andbot@eltiempo.com.co
Redacción de Deportes.
Giraldo tuvo, en lugar de muleta, una raqueta firme con la que dibujó en el redondel trazos ganadores, con mando, he hizo que su fiero oponente humillara noble.
Querry, un barcino que amenazaba con sus astas en el servicio, resultó llevado por todos los lugares del redondel, en una fiesta en la que sonaron clarines de vuvuzelas y timbales de bombos desde los tendidos. Y cuando más bravo se puso el rival, mejor se puso la corrida, pues el colombiano, a gritos de "¡te-nis-ta, te-nis-ta!", lo dominó con golpes naturales ganadores.
Desde la barrera, su cuadrilla, el resto del equipo colombiano, aplaudía el gran momento de su diestro.
Giraldo encadenó servicio, revés, devolución, paralelas, drops y slices para que los 5.500 asistentes al coso tenístico lo ovacionaran.
El 'Niño de la raqueta' con elegancia acomodó su traje canario y oro (camiseta amarilla) y enfiló su espada para finiquitar una tarde de fiesta con una certera estocada hasta la empuñadura.
Llovieron cojines de espuma como claveles en la vuelta al ruedo, como muestra de agradecimiento en una gran tarde, en la que sin presidencia, Giraldo cortó dos orejas y rabo y salió en hombros de la plaza.
No así sucedió en la primera faena de ayer, cuando el colombiano Alejandro Falla fue doblegado por el estadounidense Mardy Fish (6-4, 1-6, 4-6, 6-4, 4-6). Pese a su esfuerzo de cerca de cuatro horas, fue apuntillado cuando, quizás, debió ser indultado tras el coraje y la vergüenza mostrados en la arena. Hoy, el cartel es de lujo: la corrida de dobles con los colombianos Carlos Salamanca y Falla y los estadounidenses John Isner y, quizás, Mardy Fish por Ryan Harrison.
¡Olé!
ANDRÉS BOTERO B.
andbot@eltiempo.com.co
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F eltiempo.com
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